miércoles, 31 de agosto de 2016

5 COSAS QUE HACES A DIARIO QUE DAÑAN TUS DIENTES

Dicen que la sonrisa es una carta de presentación, pero hoy tenemos muchos hábitos que pueden afectarla al dañar los dientes. El esmalte dental es la parte más dura de nuestro organismo y la única protección real que nuestros dientes tienen ante los ataques externos, principalmente de la placa bacteriana, por lo que mantenerlo es fundamental para que nuestras piezas dentales puedan seguir luciendo en todo su esplendor.

Fumar es definitivamente es uno de los peores hábitos que perjudican a la salud bucal y al organismo en general, pero hay muchos otros que dañan la dentadura como cepillarnos los dientes justo después de ingerir una bebida gaseosa o comer unas patatas fritas.

1. Cepillarse los dientes inmediatamente después de comer

Se recomienda esperar 20 o 30 minutos para cepillarse después de comer. Desde pequeños nos enseñan lavarnos los dientes después de comer y la realidad es que muchas veces no deberíamos hacerlo de inmediato. ¿Por qué? Porque algunos alimentos tienen un alto contenido de ácido como las patatas fritas, jugos cítricos, bebidas gaseosas y alcohólicas como el vino. “El problema es el esmalte que debido al ácido inmediatamente empieza a perder calcio dejando al diente más blando y el cepillado empeora la situación”, explican los expertos. Se recomienda esperar 20 o 30 minutos para cepillarse ya que da tiempo a que el ácido se neutralice y el calcio que se encuentra disuelto en la saliva vuelva a pegarse al esmalte.

2. Morderse las uñas

Las bacterias que se encuentran en las uñas pueden ser la causa de infecciones locales en la boca. Muchas personas tienen el feo hábito de morderse las uñas. Además de no ser higiénico y hacer que los dedos, sufran heridas, este hábito también puede ser muy malo para la salud bucal. Segúnlos expertos, las bacterias que se encuentran en las uñas, además de poder provocar una infección en el aparato digestivo, pueden ser la causa de infecciones locales en la boca.

3. Las piscinas

El cloro puede llegar a ser perjudicial para el esmalte dental. Las piscinas son tratadas con un elevado componente de cloro que ayude a mantener el pH de las mismas y en más de una ocasión nos encontramos con que la cantidad de cloro que se ha utilizado puede llegar a ser perjudicial para el esmalte dental de las personas que en ellas se sumergen. Sin embargo, no hay que alarmarse en exceso ya que según explican, esto afecta, sobre todo, a los profesionales que están en el agua 5-6 horas diarias y a personas que van a la piscina de forma regular para mantenerse en forma. Para estos, el experto recomendó cepillarse los dientes con una pasta dentífrica fluorada y utilizar un enjuague bucal con flúor una vez por semana.

4. Usar los dientes como herramientas

Destapar las botellas de refresco con los dientes es un hábito que fractura y desgasta los dientes. “Lo que está totalmente prohibido es utilizar los dientes como herramientas”, dicen los odontólogos. Destapar las botellas de refresco con los dientes es un hábito que fractura y desgasta los dientes. Estos también se pueden dañar si los usas para abrir frascos de medicinas y envases de cartón o de papel. Y aunque parezca menos dañino, tampoco es recomendable cortar hilos con los dientes. Según los dentistas, aunque no hay tanto riesgo de que se fracture algún diente puede provocar fisuras que no vemos, y con el mínimo impacto el diente se puede romper.

5. Masticar cubitos de hielo

Mucha gente tiene la costumbre de masticar los cubitos de hielo que quedan en el vaso después de terminar una bebida, no obstante es algo que los dentistas desaconsejan. Hacerlo frecuentemente o grandes cantidades puede fracturarlos dientes o producirles fisuras. Los dentistas consideran que las personas que tienen mayor riesgo de ver dañados sus dientes son aquellas que tienen empastes y coronas.

sábado, 20 de agosto de 2016

LA CIENCIA RESUELVE EL MISTERIO DE LAS CORDALES...

¿Para qué están ahí? Salen tan tarde que ya no hacen falta, y eso en el caso de que lleguen a salir. A veces se enquistan de formas intrincadas que enriquecen a los odontólogos, o empujan a los demás dientes con dolor y penalidad. Son las muelas del juicio. ¿Quién las encargó? ¿A qué fuerza evolutiva se le ocurrió diseñar ese estorbo bucodental? ¿Lo hizo igual de mal con nuestro cerebro? Es el enigma evolutivo de las muelas del juicio, y acaba de ser resuelto por científicos australianos. La respuesta en corto: los humanos ni siquiera somos especiales en eso.

Nuestros ancestros los homínidos (homininos, técnicamente) sí que tenían un buen tercer molar: hasta cuatro veces mayor que el nuestro, y con una superficie plana obviamente adaptada para masticar. Que esa obra magna de la naturaleza se corrompiera hasta producir nuestra muela del juicio nunca se ha entendido muy bien, aunque no han escaseado las hipótesis hechas a medida para explicarlo: ora los cambios de dieta, ora aquel avance cultural o este otro y, en cualquier caso, unas teorías que delegan en la selección natural la tarea ardua de destruir una muela sin tocar mucho las otras. Y que, desde luego, son exclusivas de la evolución humana, sin precedentes en los 600 millones de años de historia animal.

La bióloga del desarrollo Kathryn Kavanagh, de la Universidad de Massachusetts en Dartmouth, propuso en 2007 un modelo teórico del desarrollo de la dentición en los mamíferos. Se basaba en datos obtenidos en ratones, y explicaba esos resultados, que eran bastante complicados, con un modelo simple de “inhibición en cascada”: cuando un diente se desarrolla, emite señales activadoras o represoras sobre su vecindad, y la proporción entre ambas señales determina el tamaño de los dientes vecinos.

Uno de los colegas de Kavanagh en aquel trabajo, Alistair Evans, de la Universidad de Monash en Victoria, Australia, encabeza ahora una investigación publicada en Nature donde aquel modelo se extiende a los homínidos. La investigación revela que el modelo de inhibición en cascada de Kavanagh puede explicar la degeneración del tercer molar de los australopitecos hasta la modesta y molesta muela del juicio que abruma al Homo sapiens.

Nuestros ancestros sí que tenían un buen tercer molar: hasta cuatro veces mayor que el nuestro, y con una superficie plana obviamente adaptada para masticar

En los homínidos más primitivos –los más próximos al chimpancé, como los ardipitecos, australopitecos y parantropos—, la variación en el tamaño y las formas relativas de los molares es una mera función de la posición: las muelas tienden a crecer más en la parte posterior de la boca, lo que causa el gigantismo del tercer molar, y las proporciones entre unas y otras muelas son constantes, sin que importe el tamaño general de la dentadura en su conjunto.

Pero, hace un par de millones de años, con el surgimiento de nuestro género (Homo), las reglas generales cambiaron ligeramente: los tamaños relativos de las muelas empezaron a depender del tamaño total de la dentadura. Eso hizo que la reducción del tamaño total de la dentadura, que es propia de la modernidad evolutiva, causara una reducción desproporcionada del tercer molar. Esto es la muela del juicio explicada por un mecanismo general, que no tiene que postular cosas muy raras para que el tercer molar se haya convertido en un ridículo engorro.

Desde un punto de vista dental, hemos dejado de ser víctimas de una evolución maliciosa. Ahora lo somos de la simplicidad matemática. Todo un avance.

domingo, 14 de agosto de 2016

ALIMENTOS PARA ALIVIAR Y PREVENIR LLAGAS EN LA BOCA

Algunas llagas se deben a la carencia de ciertas vitaminas y minerales, como hierro, vitaminas del grupo B y ácido fólico

Las llagas bucales son úlceras pequeñas con la base gris o blanca y el borde rojo. Pueden formarse una o varias a la vez y son muy comunes y repetitivas. Son llagas abiertas y dolorosas, conocidas también como aftas o úlceras bucales. Es importante no confundirlas con los herpes labiales o las úlceras febriles (llamados "fuegos" o "calenturas") porque tienen causas y tratamientos distintos. La diferencia principal es clara: las llagas se forman siempre dentro de la boca, mientras que los herpes y las úlceras febriles se localizan fuera.

Las llagas pueden deberse a infecciones virales, aunque la mayoría de las veces no resulta sencillo determinar su origen, ya que hay múltiples causas posibles. Entre ellas:

Lesión bucal debido a un arreglo dental.
Estrés emocional.
Carencia de ciertas vitaminas y minerales (en especial, hierro, vitaminas del grupo B y ácido fólico).
Períodos menstruales.
Cambios hormonales.
Reacción alérgica a uno o varios alimentos.
También puede haber un componente hereditario y las mujeres son más propensas a contraerlas que los hombres.

Pautas dietéticas para prevenir llagas en la boca

Los únicos nutrientes que se han identificado y relacionado con las afecciones en la boca son algunas vitaminas y el hierro. Entre las primeras, resaltan las del grupo B, abundantes en alimentos ricos en proteínas, tanto vegetales como animales:

Vitamina B2 o riboflavina. Además de grietas en las comisuras de la boca y otras afecciones de la piel, su déficit también se relaciona con la anemia. Es una vitamina que se encuentra en el pan, debido a la levadura, los cereales integrales, las verduras de hoja verde, la leche y los huevos. La principal fuente de esta vitamina es la leche.
Niacina o vitamina B3, presente en carnes rojas y blancas, pescados, cereales fortificados con esta vitamina, cacahuetes, lácteos y huevos.
Ácido fólico. Al igual que la vitamina B2, se encuentra en las verduras de hoja verde. Su abundancia es mayor en las lentejas, las habas y los guisantes. Como ocurre con la vitamina B2, su carencia favorece la anemia. No obstante, en dosis altas puede ser perjudicial, por lo que la ingesta de suplementos debe controlarse por un médico. La carencia de esta vitamina es muy frecuente en mujeres embarazadas, las cuales tienen también riesgo de anemia y alteraciones bucales.
Vitamina B12 o cobalamina. Presente en carnes, mariscos y lácteos, al igual que la niacina, requiere el consumo de alimentos de origen animal.
Vitamina C. Su carencia no provoca úlceras bucales, pero sí encías inflamadas y sangrantes. Se localiza en los cítricos, sobre todo, y en todo tipo de frutas y verduras. Las personas fumadoras tienen a menudo necesidades mayores de vitamina C.
Por otra parte, se deben evitar los alimentos muy calientes, duros o muy condimentados para impedir que aumente el dolor.

Alimentos funcionales para mantener la salud bucal

Un alimento se considera funcional cuando, además de destacar por sus propiedades nutritivas, contiene ciertos elementos cuyo consumo diario -en una dieta equilibrada- contribuye a mantener o mejorar nuestro estado de salud y bienestar.

Hay dos tipos de alimentos funcionales que se han relacionado con la salud oral: los alimentos probióticos y los que contienen omega-3, por su poder antiinflamatorio. Asimismo, un estudio del Center for Oral Health Research ubicado en el Colegio de Dentistas de la Universidad de Kentucky demuestra la potencial actividad antibacteriana de los ácidos grasos omega-3 frente a los patógenos orales.

Los componentes que hacen que un alimento sea funcional han estado siempre presentes en la naturaleza, pero es en las últimas décadas cuando los investigadores han comenzado a identificarlos de forma aislada y a determinar los beneficios concretos que proporcionan a nuestro organismo. Por este motivo, podemos aprovechar los alimentos que por sí mismos contienen estas sustancias beneficiosas, es decir, alimentos naturales, sin necesidad de recurrir siempre a los alimentos enriquecidos o modificados que se engloban en el concepto de alimento funcional.

Los alimentos probióticos de forma natural son los yogures frescos y las leches fermentadas.
Los alimentos naturales ricos en ácidos grasos omega-3 son los pescados, el aceite de girasol y los frutos secos.
No obstante, es importante recordar que, si bien tomar estos alimentos de forma habitual en nuestra dieta constituye una ayuda, no es un método infalible para prevenir o curar las llagas bucales.

Curar las aftas y atenuar el dolor

Según la Asociación Americana Dental (ADA), en la mayoría de los casos, las llagas de la boca desaparecen por sí solas y no requieren tratamiento. Lo habitual será que el dolor disminuya en unos cuantos días y que el resto de síntomas se superen al cabo de dos semanas. No obstante, su curación puede acelerarse:

Con enjuagues bucales suaves que se comercializan sin contenido de alcoholes.
Con enjuagues de agua y sal o agua y bicarbonato.
Al aplicar sobre las llagas una mezcla de agua y agua oxigenada con un algodón.
Todos estos métodos pueden aplicarse cuantas veces se quiera y, a mayor frecuencia, más rápida será la curación, según información revisada por la URAC, American Accreditation HealthCare Commission.

Después de los tratamientos, que pueden resultar dolorosos, un remedio casero para aliviar el dolor consiste en aplicar de manera directa la pulpa de una hoja de Aloe Vera. El uso del Aloe Vera en la zona bucal no está demasiado extendido. Sin embargo, aporta muchas soluciones efectivas y de forma natural a distintas afecciones que se desarrollan en la boca, entre ellas: aftas, herpes, abscesos, grietas en los labios, úlceras bucales, inflamaciones e irritaciones provocadas por dentaduras postizas o aparatos de ortodoncia, así como después de la extracción de un molar.

El Aloe Vera tiene un poder antiinflamatorio y reconstituyente celular que ayuda al alivio de las distintas afecciones. Para aplicarlo, se recomienda esperar alrededor de 15 minutos después de cepillarse los dientes, ya que el flúor anula el efecto. Una vez que se extiende el gel de Aloe Vera, conviene mantenerlo en la boca entre cinco y diez minutos. Si después de aplicar los remedios caseros el dolor persiste e impide hacer una vida normal, comer con normalidad o conciliar el sueño, se deberá acudir a un médico. También es recomendable consultar a un especialista si las llagas se forman 2 o 3 veces por año.


sábado, 6 de agosto de 2016

LAS PRÓTESIS DENTALES FLEXIBLES... ¿QUE TAN BUENA OPCIÓN SON?



Las prótesis flexibles surgieron en respuesta a la expectativa en la disponibilidad de una prótesis parcial removible sin ganchos o estructuras metálicas. En efecto la rigidez del acrílico usado en las prótesis convencionales no permitía su uso en zonas de retención, de ahí la necesidad de un material flexible en el tono de los dientes o encías.

A lo largo de dos años la técnica se perfeccionó y los materiales evolucionaron, siendo hoy posible encontrar varios tipos de dentaduras flexibles. Silicona, nylon y vinilo son los materiales más comúnmente empleados en este tipo de prótesis. Tienen características distintas unos de los otros aunque mantengan en común una cierta elasticidad lo que los hace integrar un grupo específico de prótesis dentales.

Ventajas de las prótesis parciales flexibles

La principal ventaja de las prótesis flexibles está en las grapas o ganchos de retención en el tono del diente o de la encía dependiendo del lugar donde se sitúa. Permite ocultar que se está usando una prótesis dental. Aunque no está consensuado, algunos pacientes alegan que la prótesis flexible también es más cómoda y menos alérgica que la prótesis de acrílico.

Desventajas de las dentaduras flexibles

Podemos comenzar por hablar del precio  que es bastante más caro que la prótesis de acrílico, un poco menos que la prótesis removible metálica, la cual es mucho mejor y la única prótesis removible aceptable.

Es más difícil de insertar y retirar de la boca. Algunas personas sufren constantemente de aftas (llagas) cuando usan una prótesis de este tipo y otras dicen que producen mal olor. Cuando ésto ocurre los fabricantes recomiendan el lavado con determinados y específicos productos de limpieza y desinfección.

Normalmente consideradas irrompibles, a veces también se parten y es entonces cuando la persona descubre que no es tan fácil (en algunos casos imposible) de reparar. Generalmente no es posible hacer un rebasamiento, obligando a la producción de una nueva base. Por eso es probable tener que hacer una nueva cada cinco años. Igualmente no se puede añadir dientes a la prótesis existente. Está contraindicado hacer una prótesis total en material flexible. En la prótesis total se busca aquello que la flexible no tiene, la rigidez.

Además, las prótesis flexibles de nylon se pigmentan y duran poco tiempo (3, 4 años).

Conclusión. ¿Qué tan buena opción son?

El uso de prótesis parcial flexible no es la solución ideal en todos los casos en que faltan algunos dientes. Es competencia del dentista analizar y hablar con el técnico de prótesis dental antes de aconsejar al paciente.

Si optase por este tipo de prótesis certifíquese de las condiciones de garantía (escritas) y ésta viene acompañada de un certificado de fabricante. Verifique con el odontólogo si la prótesis tiene arreglo en el caso de romperse o si el arreglo está cubierto por la garantía. 

Y tener en cuenta que la mejor opción siempre es realizarse implantes dentales o coronas en porcelana E MAX, en el caso de faltar algunos dientes.