domingo, 14 de agosto de 2016

ALIMENTOS PARA ALIVIAR Y PREVENIR LLAGAS EN LA BOCA

Algunas llagas se deben a la carencia de ciertas vitaminas y minerales, como hierro, vitaminas del grupo B y ácido fólico

Las llagas bucales son úlceras pequeñas con la base gris o blanca y el borde rojo. Pueden formarse una o varias a la vez y son muy comunes y repetitivas. Son llagas abiertas y dolorosas, conocidas también como aftas o úlceras bucales. Es importante no confundirlas con los herpes labiales o las úlceras febriles (llamados "fuegos" o "calenturas") porque tienen causas y tratamientos distintos. La diferencia principal es clara: las llagas se forman siempre dentro de la boca, mientras que los herpes y las úlceras febriles se localizan fuera.

Las llagas pueden deberse a infecciones virales, aunque la mayoría de las veces no resulta sencillo determinar su origen, ya que hay múltiples causas posibles. Entre ellas:

Lesión bucal debido a un arreglo dental.
Estrés emocional.
Carencia de ciertas vitaminas y minerales (en especial, hierro, vitaminas del grupo B y ácido fólico).
Períodos menstruales.
Cambios hormonales.
Reacción alérgica a uno o varios alimentos.
También puede haber un componente hereditario y las mujeres son más propensas a contraerlas que los hombres.

Pautas dietéticas para prevenir llagas en la boca

Los únicos nutrientes que se han identificado y relacionado con las afecciones en la boca son algunas vitaminas y el hierro. Entre las primeras, resaltan las del grupo B, abundantes en alimentos ricos en proteínas, tanto vegetales como animales:

Vitamina B2 o riboflavina. Además de grietas en las comisuras de la boca y otras afecciones de la piel, su déficit también se relaciona con la anemia. Es una vitamina que se encuentra en el pan, debido a la levadura, los cereales integrales, las verduras de hoja verde, la leche y los huevos. La principal fuente de esta vitamina es la leche.
Niacina o vitamina B3, presente en carnes rojas y blancas, pescados, cereales fortificados con esta vitamina, cacahuetes, lácteos y huevos.
Ácido fólico. Al igual que la vitamina B2, se encuentra en las verduras de hoja verde. Su abundancia es mayor en las lentejas, las habas y los guisantes. Como ocurre con la vitamina B2, su carencia favorece la anemia. No obstante, en dosis altas puede ser perjudicial, por lo que la ingesta de suplementos debe controlarse por un médico. La carencia de esta vitamina es muy frecuente en mujeres embarazadas, las cuales tienen también riesgo de anemia y alteraciones bucales.
Vitamina B12 o cobalamina. Presente en carnes, mariscos y lácteos, al igual que la niacina, requiere el consumo de alimentos de origen animal.
Vitamina C. Su carencia no provoca úlceras bucales, pero sí encías inflamadas y sangrantes. Se localiza en los cítricos, sobre todo, y en todo tipo de frutas y verduras. Las personas fumadoras tienen a menudo necesidades mayores de vitamina C.
Por otra parte, se deben evitar los alimentos muy calientes, duros o muy condimentados para impedir que aumente el dolor.

Alimentos funcionales para mantener la salud bucal

Un alimento se considera funcional cuando, además de destacar por sus propiedades nutritivas, contiene ciertos elementos cuyo consumo diario -en una dieta equilibrada- contribuye a mantener o mejorar nuestro estado de salud y bienestar.

Hay dos tipos de alimentos funcionales que se han relacionado con la salud oral: los alimentos probióticos y los que contienen omega-3, por su poder antiinflamatorio. Asimismo, un estudio del Center for Oral Health Research ubicado en el Colegio de Dentistas de la Universidad de Kentucky demuestra la potencial actividad antibacteriana de los ácidos grasos omega-3 frente a los patógenos orales.

Los componentes que hacen que un alimento sea funcional han estado siempre presentes en la naturaleza, pero es en las últimas décadas cuando los investigadores han comenzado a identificarlos de forma aislada y a determinar los beneficios concretos que proporcionan a nuestro organismo. Por este motivo, podemos aprovechar los alimentos que por sí mismos contienen estas sustancias beneficiosas, es decir, alimentos naturales, sin necesidad de recurrir siempre a los alimentos enriquecidos o modificados que se engloban en el concepto de alimento funcional.

Los alimentos probióticos de forma natural son los yogures frescos y las leches fermentadas.
Los alimentos naturales ricos en ácidos grasos omega-3 son los pescados, el aceite de girasol y los frutos secos.
No obstante, es importante recordar que, si bien tomar estos alimentos de forma habitual en nuestra dieta constituye una ayuda, no es un método infalible para prevenir o curar las llagas bucales.

Curar las aftas y atenuar el dolor

Según la Asociación Americana Dental (ADA), en la mayoría de los casos, las llagas de la boca desaparecen por sí solas y no requieren tratamiento. Lo habitual será que el dolor disminuya en unos cuantos días y que el resto de síntomas se superen al cabo de dos semanas. No obstante, su curación puede acelerarse:

Con enjuagues bucales suaves que se comercializan sin contenido de alcoholes.
Con enjuagues de agua y sal o agua y bicarbonato.
Al aplicar sobre las llagas una mezcla de agua y agua oxigenada con un algodón.
Todos estos métodos pueden aplicarse cuantas veces se quiera y, a mayor frecuencia, más rápida será la curación, según información revisada por la URAC, American Accreditation HealthCare Commission.

Después de los tratamientos, que pueden resultar dolorosos, un remedio casero para aliviar el dolor consiste en aplicar de manera directa la pulpa de una hoja de Aloe Vera. El uso del Aloe Vera en la zona bucal no está demasiado extendido. Sin embargo, aporta muchas soluciones efectivas y de forma natural a distintas afecciones que se desarrollan en la boca, entre ellas: aftas, herpes, abscesos, grietas en los labios, úlceras bucales, inflamaciones e irritaciones provocadas por dentaduras postizas o aparatos de ortodoncia, así como después de la extracción de un molar.

El Aloe Vera tiene un poder antiinflamatorio y reconstituyente celular que ayuda al alivio de las distintas afecciones. Para aplicarlo, se recomienda esperar alrededor de 15 minutos después de cepillarse los dientes, ya que el flúor anula el efecto. Una vez que se extiende el gel de Aloe Vera, conviene mantenerlo en la boca entre cinco y diez minutos. Si después de aplicar los remedios caseros el dolor persiste e impide hacer una vida normal, comer con normalidad o conciliar el sueño, se deberá acudir a un médico. También es recomendable consultar a un especialista si las llagas se forman 2 o 3 veces por año.


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