jueves, 10 de septiembre de 2015

EL ODONTOLOGO PROMEDIO


Cuando nos referimos a un odontólogo en Colombia, nos referimos a aquel que por alguna causa del destino estudio en alguna universidad del territorio Colombiano con préstamo o sin préstamo y que le dieron el título de pregrado o de postgrado dependiendo del dinero, de la rosca o de sus capacidades para estudiar tales como memoria, inteligencia o habilidad técnica. 


Yo no he visto una profesión más cómoda que el ser “Odontólogo”, somos comodísimos y además de esto, tenemos un pesimismo individual y colectivo sumado a la falta de colectividad y trabajo en equipo… Para que me voy a preocupar por mi colega si yo me gano x millones de pesos y “vivo bien”, y no me importa que exista un exceso de publicaciones de odontología en los periódicos más prestigiosos del país con aberrantes precios que cada día atentan más contra la imagen colectiva que individual, si no nos importa que en cada esquina del país estén colocando una clínica dental con características de panadería de pueblo o de taller mecánico de carros. 

Saber que nuestra profesión está en una profunda crisis es una redundancia y que a nadie le importa por su ego e individualismo es volver a redundar. Yo propongo que miremos un poco hacia atrás y evaluemos nuestros procesos educativos y definir porque no hemos asumido nuestra propia identidad como grupo colectivo, aunque más de uno está leyendo este articulo y pensando “me importa un… o cosas por el estilo”, característica propia del “odontólogo promedio” en Colombia.

Si analizamos bien… lo que nos enseñan está muy lejos de nuestras necesidades como profesionales. Para que nos sirve realizar el mejor encerado de dientes, aprendernos de memoria todos los textos de rehabilitación y de endodoncia, estresarnos por sacar un 5 y ser el mejor teórico de la clase, en saber cuántos dientes tiene el ser humano, en conocer “X” o “Y” teoría… si cuando nos graduamos como profesionales el Estado no nos apoya con una práctica digna llamada “Rural” y por el contrario o no hay plazas o nos contrata algún político y nos cobran lo que se llama nuestra primera cuota política (primer ingreso a las líneas de corrupción) y encima de no tener una práctica digna la Universidad en la que estudiamos no hace absolutamente nada. ¿De que le sirve a uno saber que la hidroxiapatita?… si cada uno de nosotros tiene una cantidad enorme de hidroxiapatia en su interior…

De qué sirve saber que tales dientes tienen tantas raíces si no conocemos nuestras propias raíces ni como profesionales ni como Colombianos, de que nos sirve si el cingulum o la línea de terminación, o el chaflán o que la pulpa sangre mucho, que el 11 o el 21… si al graduarnos es evidente la falta de practica en las universidades y a nuestros propios profesores no les importa o les importa es que cada vez tengamos menos conocimiento y que solo sirvamos para referir pacientes… claro esta… al consultorio de ellos y encima de eso… no llaman ni a dar ni las gracias…

¿Dónde está la unión entre educación y Estado, entre saber y práctica, entre graduarse como profesional y ser un ciudadano que le sirva a sus compatriotas?, ¿dónde está el puente que nos une a la sociedad como profesionales? 

Como es de ilógica la realidad… si un paciente se va para San Andrés Islas a pasear y el viaje le vale un millón quinientos es barato, pero si le colocamos una corona de cerámica en un central de un millón quinientos es caro y somos unos ladrones… la corona dental le dura 20 años y el viaje 5 días… así es nuestra percepción de la realidad… Más vale el disfrute que la salud y una sonrisa bonita. Pero si el mueco es uno… uno pagaría lo que fuera por un diente de adelante… y al paciente no le cobramos lo que realmente vale.

Como estamos de perdidos que tenemos una realidad en la cual a la hora de generar un cobro al paciente pensamos con el bolsillo de cada uno… y como la universidad nos enseñó a ser caritativos y dadivosos y a no tener una identidad hacia lo que hacemos, entonces nos da miedo establecer un valor proporcional a nuestro servicio. Así si un paciente va a una peluquería y le hacen un corte de cabello y una tintura y le generan una factura de 80 mil pesos los paga con agrado porque va para una fiesta… pero si va al odontólogo y le realiza una resina y le factura 80 mil pesos los paga como si fuera una perdida… Me pregunto… ¿dónde está la diferencia?… Al parecer los odontólogos no hemos evolucionado en nuestros estados de conciencia y como somos generadores de pánico y de terror irónicamente nos da MIEDO cobrar lo que es…  

Hay una antilógica en los que estudiamos… pagamos a la universidad para recibir información o para formarnos como seres universales… y al graduarnos al parecer la Universidad no establece ninguna responsabilidad y ahí empieza el comienzo de un montón de profesionales nómadas en busca de dinero y luego en cada congreso cada uno de nosotros empieza a demostrar el pesimismo relatando una y otra vez que: “La situación está muy dura”, “que no podemos seguir así”, “que las EPS del país quieren pan y pedazo”, “que como la gente trabaja haciendo ortodoncias por 10 mil pesos mensuales”, y simplemente nos la pasamos quejando y diciendo un montón de pesares que no conducen sino a acrecentar cada vez más la desilusión y la desmotivación al escoger una de las profesiones más lindas de la humanidad: la Odontología… es necesario que usted se pregunte si en Canadá, Australia, Londres, Estados Unidos los odontólogos tienen la calidad de vida que tiene un odontólogo Colombiano teniendo en cuenta que los conocimientos son los mismos… la respuesta es muy sencilla… pues no…



Después de pagarle a la Universidad nuestra prestigiosa carrera (los que pagamos) y con el ego hinchado de tanto estudiar, salimos a un mundo irreal…y después de realizar el rural los que pudieron por algún vínculo político… hacemos un viaje a un mundo donde uno realmente no tiene apoyo del Estado, ni de la universidad, ni de ninguna entidad bancaria para acceder a un préstamo de dinero para realizar el montaje del tal anhelado “consultorio dental” y ahí viene el primer choque con la realidad… entonces o escoges seguir estudiando y engordando a la universidad o escoges abrir el vuelo y tener tu propio negocio… y te das cuenta que para tener tu propio consultorio tienes que contar con cuatro veces el dinero que pagaste en la universidad y ahí es cuando se te cae el pelo, viene la gastritis, el lumbago y demás somatizaciones del mundo real. 



Y cuando montas el consultorio dental empieza a sentirse la falta de preparación de la universidad y todos los 5 que sacaste trasnochando hasta el otro día se van disolviendo poco a poco cada vez que te llega la factura del préstamo del banco y no hay pacientes suficientes porque hay abundancia de odontólogos en tu ciudad, abundancia de EPS, abundancia de pre pagadas, abundancia de IPS y empieza uno a comprender que la falta de agremiación es importante. Pero como somos colombianos y ante todo estoy YO sobre todas las cosas… no me importa lo que haga con tal de obtener clientes y empiezo a hacer cuantas cosas absurdas hay en el mercado: Coronas metal cerámicas tres por una, prótesis total dos por el precio de una, extracción de cordales sin pagar un solo peso, blanqueamiento dental por cincuenta mil pesos y un sinfín de promociones terribles que no merecen llamarse promociones, sino más bien brutalidades mercadológicas donde se empieza a transformar el mercado con una tendencia a disminuir el precio del servicio y empieza a afectarnos a todos de manera directa. Y entonces en los cursos y en los congresos todos dicen que “hay que cambiar todo esto” y yo me pregunto ¿Dónde están los líderes? ¿Dónde están las asociaciones académicas? ¿Dónde está la federación Odontológica? ¿Dónde están las universidades? ¿Dónde estamos cada uno de nosotros como odontólogos asociados a algún gremio o entidad?... y entonces que estamos esperando… que este problema venga otro a arreglarlo si nosotros mismos lo causamos…. La falta de cultura de sentirnos pertenecientes a algo es evidente.



En estos momentos cualquier persona realiza el montaje de una clínica dental y a nadie le importa… un ganadero, un zapatero, un laboratorista, un técnico dental, una ama de casa que el esposo le da plata, un administrador de empresa… y realiza el montaje de dos unidades y contrata dos odontólogos que están recién salidos de la universidad y como no tienen rural y necesitan platica y además coger experiencia… entonces hágale¡¡¡ Y como a ninguno de nosotros nos importa… qué más da…. Que hagan bastantes cagadas que nosotros los buenos se las arreglamos… Porque el problema de todos los odontólogos es que somos egocentristas, individuales y con una falta de conciencia colectiva y tenemos una posición muy cómoda frente a lo que hacemos… sálvese quien pueda que yo tengo mi salvavidas. Y si estamos inscritos en alguna Federación Colombiana de Odontología, esta no nos aporta ningún valor agregado para nuestros servicios y ni hablar de estar inscritos frente a la seccional de salud de cada departamento ya que no hay apoyo del Estado frente a aquellos que no los regula nadie porque de pronto le mandan a matar a la mama o el papa…. Pero a los que si estamos inscritos cada año que pasa se hace cada vez más costoso en términos de gastos y de tiempo.



¿Y entonces que hacemos? Por lo menos empecemos por lo mínimo, empiece a pensar en que lo que cada uno hace afecta al otro ya que el bienestar general es un compromiso de todos y cambie de actitud frente al individualismo. En Colombia somos 42 mil odontólogos, 42 mil líderes, y no hay un gremio fuerte unido porque no nos hemos organizado en centros de estudio, no nos interesamos en el problema, porque prima más nuestra “LIBERTAD” que la “COLECTIVIDAD” y al parecer dentro de cada uno de nosotros hay un “individuo” que desea siempre hacer lo que se le venga en gana. Por lo menos empiece a partir de mañana cobrando lo que es… evite sacar publicidad engañosa y de mal gusto… piense siempre en su colega como su hermano de sangre y empiece a fomentar excelentes relaciones entre todos sus colegas, pague buenos honorarios a sus profesionales y empleados y brinde un servicio cinco estrellas a sus empleados y a sus pacientes y aprenda a tener dignidad por lo menos en la consulta de diagnóstico… no la regale… cobre la consulta de diagnóstico… usted como odontólogo vale la pena y además de esto y lo más importante que creo fielmente como gremio y como profesionales colectivos que somos, no regale su servicio y cobre realmente lo que vale.



¿Si no reaccionamos quien lo va a hacer? ¿Si los recién graduados no generan un cambio de conciencia adecuado cual será nuestro futuro en lo colectivo? Si nosotros mismos somos los productores de la crisis de nuestra profesión entonces actuemos en pro de mejorar la crisis. Entender que como odontólogos somos parte de una continuidad de profesionales para un país mejor y para una sociedad mejor, cambiando nuestro pensamiento para darle valor a lo que hacemos, dejando mejor las cosas que como las encontramos.



Deje de ser de una vez por todas “El odontólogo promedio” y apórtele un valor significativo a lo que realiza cada día y empecemos a ser unidos cambiando el modelo cultural en el cual vivimos. 



Dr. Juan Enrique Castro
Especialista en Diseño de Sonrisa y Alta Estética Dental
www.odontoespecialistas.com
Instituto Autran Barcelona España

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